La guerra empieza mañana…

La guerra empieza mañana…

totalitarismo.

1.   m. Régimen político que ejerce fuerte

 intervención en todos los órdenes

 de la vida nacional,

concentrando la totalidad de los

poderes estatales en manos de un

grupo o partido que no permite la

actuación de otros partidos.

Real Academia Española 

Estamos inmersos en una guerra que puede ser global.

Estamos inmersos en un despertar de la conciencia, en donde nos damos cuenta que la verdad no es como nos la han contado.

Estamos inmersos en entender de qué se trata la existencia.

Estamos inmersos en un cúmulo de mentiras fabricadas para controlarnos y mantenernos dormidos.

Somos los borregos que vamos hacia el matadero, mientras el festín está en la mesa de los opulentos, de los seres oscuros y sus secuaces.

Nos han domesticado desde el nacimiento por una deficiente y parcial educación.

Esta educación domesticadora nos lleva a comportarnos como el sistema quiere que sea, el que esta fuera del sistema, esta fuera del orden social, del establishment establecido.

No distinguimos el bien del mal porque nos han condicionado a solo ver lo que quieren que veamos.

Así la verdad, depende de quien la dice, siempre y cuando no atente contra el sistema.

La conciencia la han domesticado dependiendo de las reglas del bien y el mal, cuando el libre albedrío esta en cada ser humano.

Las campanas doblan por ti desde tu nacimiento hasta que tu alma liberada de esta envoltura temporal, es lanzada al universo de nuevo y evolucionas hasta alcanzar al Creador.

Vivimos en un mundo totalitario en cada país, donde las élites gobernantes son las que se adueñan de la verdad y de la libertad de sus gobernados.

Nos han hecho pensar que la democracia es el poder de la gente. No, eso no existe.

Es una flagrante mentira.

No existe la democracia, solo la ilusión de ella. Al igual que la libertad, solo existe la ilusión de ser libres. Es lo que debemos acabar, con lo que nos han vendido. Por nacimiento somos libres.

Debemos entender los seres humanos lo que hace siglos mencionaba Parménides de Elea: La guerra es el arte de destruir a los hombres, la política es el arte de engañarlos...

Esto es lo que nos han hecho: destruirnos y engañarnos.

Vivimos en la ilusión de la libertad, cuando es derecho por nacimiento.

Los seres humanos han pagado con millones de muertos en guerras estúpidas, el ansia de dominio y control de solo unos pocos. Destruirnos con las guerras y con la política, engañarnos; ya sean reyes, emperadores, dictadores o presidentes elegidos “democráticamente”.

Como escribe la investigadora italiana Simona Forti:

Los regímenes totalitarios no se limitaron a ejercer su poder sobre la vida suprimiéndola. No fue un enorme e inaudito abuso de poder lo que pisoteó los derechos de los individuos. El poder político logró transformarse en un dominio total y sutil a la vez, presentándose en primer lugar como garante de la seguridad, de la salud, y de la prosperidad de todo un pueblo, y para que éste pudiera encarnarse en el ideal de Hiperhumanidad, era necesario eliminar una “parte viva” perjudicial y destructiva

El totalitarismo: trayectoria de una idea límite

Forti, Simona (2008), Barcelona, Herder.

Otra autora, Hannah Arendt menciona: la conquista del poder por los medios de la violencia nunca es un fin en sí mismo, sino solo el medio para un fin, y la conquista del poder en un país determinado es solo una fase transitoria, pero nunca la conclusión del movimiento. El objetivo práctico del movimiento consiste en organizar a tantos pueblos como le sea posible dentro de su marco y ponerlos y mantenerlos en marcha; un objetivo político que constituyera el final del movimiento simplemente no existe.

Los orígenes del totalitarismo

Arendt, Hannah (2007), Madrid, Taurus.

Esta es la realidad hasta el 2014.

Es el año del rompimiento con el pasado y donde han surgido verdades aún incomprensibles para la mayoría, pero la verdad al fin.

Estamos en el borde de una nueva visión para los seres humanos, si podemos UNIRNOS y ser SOLIDARIOS.

En 1900 la humanidad estaba compuesta por más de 1,600 millones de personas.

Murieron en la 1a y la 2a guerra mundial alrededor de 123 millones de personas, esto significaría que murió el 7.69% de la población mundial.

¿Tantos murieron por decisiones de unos pocos?

El 90% de la población mundial solo vió los acontecimientos por la prensa.

Herodoto lo mencionaba directamente: En la paz, los hijos entierran a los padres; la guerra altera el orden de la naturaleza y hace que los padres entierren a sus hijos.

No más.

No podemos aceptar más intolerancia y estupidez de los gobernantes de ningún país.

Ha llegado el tiempo de la verdad tal como ha sido.

No más encubrimientos, falsas banderas, engaños, robos a la población.

Basta de todo esto.

El ser humano está despertando.

Un pensamiento unificado es lo que necesitamos para enfocar la energía de los seres humanos para cambiar al Planeta.

La Madre Tierra necesita que unamos pensamientos y energía para modificar lo que ha sido alterado en lo natural.

A los seres humanos nos han domesticado para pensar en un YO, olvidando que lo que funciona es un NOSOTROS.

Pensamientos colectivos, unificados. UNIDAD y SOLIDARIDAD.

Recuerda que:

La resistencia del hombre contra la oscuridad es en base a acciones buenas, acciones que aplasten a la oscuridad en todas sus manifestaciones.

El odio, el hambre, las guerras, la injusticia, las mentiras con que se ha alimentado a la humanidad desde hace mucho tiempo se combate con el amor.

Todo acto de amor es un acto de resistencia contra la oscuridad.
Todo acto de amor es un acto de darse… de donarse hacia los demás.

Todo acto de amor es un acto de paz, de paz interior, de paz en la conciencia. Todo acto de amor es un acto ganador. En la paz no hay ganadores ni vencidos.

Hagamos actos de Amor y actos de Bondad.

Esto acaba con la oscuridad.

No estás solo jamás.

No tengas miedo, el miedo es una vibración muy baja y atrae la oscuridad.

Vive y aprende a conocerte a ti mismo.

Haz actos de amor y actos de bondad.

Para todos mis hermanos que leen esto, IN LAK'ECH.

Autor: Manuel Villarreal